La Chulapona es una de las zarzuelas más representativas del casticismo dentro del género grande. Articulada en tres actos, cuenta con la maravillosa música de Federico Moreno Torroba y el libreto de Federico Romero y Guillermo Fernández-Shaw que vio la luz por primera vez en el Teatro Calderón de Madrid el 31 de marzo de 1934. La trama se aleja de las estructuras tradicionales, para crear una historia que rezuma humanidad, con personajes psicológicamente estudiados y una historia más cercana a la tragedia que a la comedia.

La Orquestra Lírica arriesga en esta producción con una puesta en escena ambientada en los años 20-30, inspirada en la belle époque, que resalta esa dialéctica entre la nostalgia del casticismo perdido y la conciencia de la modernidad inherente al texto. Lejos de detenerse en ese punto, la producción tiende puentes hacia nuestra más reciente actualidad para que el espectador de hoy halle también su lugar en la zarzuela.

Bajo la batuta de Carlos Pascual, los músicos de la Orquestra Lírica imbricarán su sonido con las voces de Joana Thomé, Marián Torres y Mario Corberán, entre otros cantantes, actores y bailarines, para ofrecer un espectáculo global cuya dirección escénica corre a cargo de Santi López.

Programa de mano 2.0

Sinopsis

Acto I

En el taller de plancha donde Manuela es maestra, en el popular barrio de la Cava, las oficialas Rosario y Emilia planchan, cantan bailan al son de un organillo, acompañadas por el Chalina. Llega Manuela, la chulapona, una mujer de gran carácter, muy simpática y estimada por todo el barrio. También se presenta allí el Señor Antonio, un viudo adinerado propietario del colindante Café de Naranjeros que a pesar de la diferencia de edad corteja a Manuela. Al momento entra un pobre funcionario en paro, Don Epifanio, que está siendo perseguido por la prestamista Venustiana, madre de Rosario. Para contener a Venustiana, Manuela le da como fianza un mantón de Manila. Más tarde llega José María, prometido de Manuela, y entablan un divertido diálogo amoroso que suscita la envidia de Rosario. Cuando José María ha salido, Rosario pone dudas en el corazón de Manuela sobre la fidelidad de su novio, y ésta sale rápidamente a la calle tras él dispuesta a comprobarlo. José María regresa al taller buscando a Manuela, Rosario aprovecha para declararle su amor y derrama unas lágrimas que José María intenta consolar cuando, en esta actitud, son sorprendidos por Manuela.

Acto II

Cuadro primero

Por la Plaza de la Cebada, pasa la gente con alborozo camino de los toros. Juan de Dios, hermano de Manuela, no tiene dinero para asistir a la corrida y se hace pasar por ciego para conseguirlo: acompañado por su hijo Manolito, toca la guitarra y canta unas guajiras. Manuela entra en escena y se acerca a la casa de Venustiana para pagar la deuda de Don Epifanio y recuperar su mantón de Manila. Allí se encuentra también a José María y a Rosario, que se van juntos a los toros, luciendo ella el mantón de Manuela. Tras reprochar a Rosario querer presumir con su mantón y con su hombre, Manuela paga a Venustiana y recupera su prenda.

Cuadro segundo

Frente al Café de Naranjeros, donde se canta flamenco, irrumpe Rosario muy preocupada y pregunta por su novio José María, a quien lleva ocho días sin ver. Se marcha sin obtener noticia alguna poco antes de que llegue José María, que acude al establecimiento para olvidar a su verdadero amor: Manuela.

Cuadro tercero

Dentro del café, lleno de tipos pintorescos, sigue la jarana. Llega Manuela, a obsequiar a Emilia, la hija del Señor Antonio, con un regalo de boda. En realidad, es una excusa para ver a José María, con el que se encuentra al ir a salir. Tras una breve discusión, la pareja se reconcilia ante la decepción del señor Antonio.

Acto III

En la terraza del Café de Naranjeros se celebra la boda de Emilia. Los invitados la festejan cantando y bailando el chotis. Rosario se aproxima a José María y le suplica que vuelva con ella porque está embarazada de él. José María se resiste, pero Manuela, consciente del doble triángulo amoroso, decide sacrificar su amor por José María y ofrece su mano al Señor Antonio.